En mi habitación, recostada, es de noche, la luna entra por mi ventana y en ese minuto transformándose en mi única compañía... luego escucho una voz que viene de esa cálida luz, una voz extraña me dice, te invito a realizar un viaje, un viaje que te hará soñar; por lo que accedí a la propuesta de la voz. Me levante y me dirigí hacia esa cálida luz, recuerdo que cerré los ojos y finalmente cuando los abrí, vi que no me encontraba en mi habitación, sino en las estrellas. Ellas me hablaban me hacían volar, danzar, sentir el cálido de las nuves, que danzaban y estaban de fiesta. Me invitaron a esa velada donde empecé a seguir y guiarme por esa linda música, era maravilloso, sentía que en ese lugar nada pasaba, que el mundo no existía, que los problemas no habían sucedido, que no existía el dolor que no existía nada, solo lo que yo veía, eso que tanto se olvida. Solo recuerdo que era feliz, como nunca había sido, que mi dolor no esta. Luego en la nueve mas alejada me recoste y empecé a ver el cielo, lo podía tocar, lo podía sentir, como siempre lo imagine en mis sueños, en esas noches cálidas dentro de mi habitación... cerré mis ojos y finalmente sentí del viento puro de ese momento... Nuevamente la luna, esa que me había llevado a ese lugar me protegió mientras dormía, mientras soñaba que mi realidad estaba solo en las nuves, en el cielo y las estrellas... Luego al momento de abrir mis ojos volví a ver que estaba en mi amada habitación y luego pensé, quiscas en mis sueños me traslado a las nuves porque se que ahí nada existe, lo que me permitiría poder descansar cada momento que quisiera.